En este nuevo artículo sobre el mantenimiento de la cocina, nos ocupamos del cuidado de los electrodomésticos. Son artículos a menudo de precio elevado y pensados para durar muchos años si se cuidan y tratan adecuadamente.
Vamos a ofrecerte una serie de consejos prácticos y efectivos, así como recomendaciones de limpieza y mantenimiento para los electrodomésticos más usados, como placas de inducción, fogones de gas, frigorífico, horno, y otros.
Mantenimiento de las placas de inducción y vitrocerámicas
Las placas de inducción son una solución perfecta y eficiente para cocinar todo tipo de alimentos. Cada vez son más resistentes y funcionales, pero debes tener en cuenta algunos aspectos para cuidarlas correctamente. Para la limpieza diaria utiliza un paño húmedo con unas gotas de jabón para platos. Las manchas frescas se eliminarán fácilmente. Si observas manchas difíciles, usa un raspador de plástico para eliminar restos incrustados, seguido de un limpiador específico para placas de inducción. No uses estropajos metálicos o abrasivos que puedan rayar el cristal. Los limpiadores específicos para vitrocerámicas o inducción van muy bien, facilitan la limpieza y protegen la superficie. Procura que no sean abrasivos.
Si quieres un toque de brillo adicional, puedes usar vinagre diluido para dejar la superficie sin marcas.


Limpieza de los fogones de gas
Muchos de nosotros hemos crecido con una cocina donde había los clásicos fogones de gas. Actualmente se siguen instalando, sobre todo para los más amantes de la cocina tradicional, y no olvidemos que, al menos por ahora, el gas es más barato que la electricidad…
Su limpieza es más entretenida que en el caso de placas de inducción o vitrocerámica, pero tienen la ventaja de ser menos delicados. Para la limpieza diaria, retira las rejillas y limpia con un paño húmedo y jabón neutro. Desmonta los quemadores para eliminar cualquier residuo de comida. Si hay grasa acumulada o incrustada, puedes sumergir las rejillas en agua con bicarbonato de sodio o vinagre, y frotar con una esponja. Por último, las partes metálicas pueden limpiarse con un desengrasante suave, pero evita productos muy abrasivos.
Limpieza del horno
Hoy en día muchos hornos incorporan funciones automatizadas de limpieza como la pirólisis o la aquálisis. Ambas son efectivas en la limpieza del horno, si bien la aquálisis no ofrece unos resultados tan buenos en suciedad extrema, pues alcanza menos temperatura durante la limpieza (unos 250º). Por el contrario, consume menos energía que la pirólisis. La limpieza diaria se puede efectuar después de cada uso, esperando a que se enfríe y pasando un paño húmedo con un poco de jabón neutro. Si es necesaria una limpieza en profundidad, usa un desengrasante específico para hornos una vez al mes, o según la frecuencia de uso. También puedes usar bicarbonato y vinagre para limpiar el interior sin productos químicos. La puerta de vidrio la puedes limpiar con limpiacristales o una mezcla de agua y vinagre para eliminar las marcas y restos de grasa.


Limpieza del horno microondas
Este electrodoméstico prácticamente usado a diario es también muy fácil de mantener limpio. Calienta un vaso de agua con jugo de limón durante 3 minutos. Esto ayudará a ablandar cualquier resto de comida, facilitando la limpieza con un paño suave. Puedes limpiar la bandeja de cristal con agua caliente y jabón, como cualquier otro plato. Y el exterior lo puedes limpiar simplemente con un paño con jabón suave, evitando productos abrasivos.
Limpieza del lavavajillas
Dado que el lavavajillas, en su funcionamiento, ya utiliza agua caliente y detergente, su interior suele permanecer bastante limpio. Eso sí, hay que revisar con frecuencia que no queden restos de comida, y tener presente la limpieza del filtro una vez al mes para evitar acumulación de restos de comida. El interior se puede limpiar ejecutando un ciclo de lavado vacío con vinagre o un limpiador específico para lavavajillas cada 1-2 meses. No olvides la puerta y las juntas de goma de la misma: se limpian bien con un paño húmedo para evitar acumulación de moho.


Limpieza del frigorífico
En el frigorífico o nevera almacenamos todo tipo de alimentos, sólidos y líquidos, y es muy normal que se generen migas, gotas de líquido, etc. que van cayendo por las diversas bandejas o que manchan los laterales y el fondo. Para limpiar el interior adecuadamente usa una mezcla de agua y bicarbonato de sodio, que elimina malos olores y residuos. Repite la limpieza mensual para evitar acumulación. Igual que en el lavavajillas, es importante el mantenimiento de gomas y juntas: límpialas con agua y jabón para evitar que acumulen humedad y suciedad.
El exterior lo puedes limpiar con un paño húmedo, y si es de acero inoxidable, con un limpiador especial para este material o una mezcla de agua y vinagre.
Limpieza de la campana extractora
Reconozcamos que éste es uno de los electrodomésticos más “antipáticos” de limpiar, porque acumula grasa y para hacerlo bien hay que desmontar los filtros y emplearse a fondo. El secreto es no dejar pasar mucho tiempo entre una limpieza y la siguiente. Los filtros de la campana deben limpiarse o reemplazarse regularmente. Si son metálicos, sumérgelos en agua caliente con desengrasante durante unos minutos y luego frota con un cepillo. Revisa también el habitáculo de la campana para retirar posibles restos de grasa acumulada. Para la parte exterior utiliza un paño húmedo y desengrasante suave. Si es de acero inoxidable, aplica un limpiador específico para evitar marcas.

Productos de limpieza y materiales recomendados
Como norma general, y como recomendábamos en nuestro artículo sobre el mantenimiento de las encimeras, evita el uso de materiales abrasivos. Parecen idóneos para retirar grasa o restos de comida incrustados y resistentes, pero hay que vigilar mucho dónde y cómo se aplican para evitar rayar o descascarillar las superficies. Por ejemplo, para quitar residuos quemados de placas de vitrocerámica e inducción, son mejores los raspadores de plástico. Utiliza paños de microfibra y esponjas no abrasivas (adecuadas para superficies delicadas como vitrocerámicas y encimeras).
Puedes considerar limpiadores específicos para cada tipo de superficie (madera, acero inoxidable, cristal, etc.) y electrodoméstico. Y recuerda que el bicarbonato de sodio y el vinagre son excelentes aliados para eliminar manchas difíciles de forma natural sin usar productos químicos fuertes.
Lo más importante para una cocina impecable es llevar a cabo una limpieza regular. La clave es la constancia: no dejes que las manchas o la suciedad se acumulen. Evita que se acumule humedad en muebles de madera o encimeras de mármol y granito. Y recuerda limpiar en seguida las manchas y derrames para que no se formen manchas permanentes.
Si sigues estas recomendaciones tu cocina lucirá como el primer día, preservando el valor y la estética de los muebles y electrodomésticos por más tiempo.